236) LEY DE LA ATRACCION - Navidad y Reyes (Parte 1)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en dos partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 1:

 

Era el 25 de diciembre de 2015 por la mañana, con mi familia nos estábamos preparando para ir a la playa; mi esposa enciende el celular y me dice que desde la compañía que brinda el servicio, le mandaron una notificación informándole que ese día era “Navidad”.

 

Así es que en ese preciso momento en que escuché la palabra “Navidad” (yo lo denomino implante de pensamiento), me vino a la mente también las palabras “Reyes Magos”, naciéndome inmediatamente una contradicción, que me motivó a realizarle a mi esposa, una pregunta boluda:

 

¿Hoy, qué se festeja?. El nacimiento de Jesús, me responde ella.

 

Nota del autor: Cuando digo que realizo una pregunta boluda, no quiere decir que los que no son cristianos o aun siéndolos sin ser practicantes, tengan la obligación de conocer que en Navidad se festeja la “Natividad o nacimiento de Jesús”. Pero en mi caso personal, después de 50 años es lógico que yo lo supiera, incluso la misma palabra lo está diciendo. Sin embargo me hice esa pregunta “boluda”, al mismo tiempo que la repetía verbalmente hacia mi esposa, para denotar esa contradicción que me nació al realizar la segunda pregunta, que formularía seguidamente a mi señora:

 

¿Si el 25 de diciembre se festeja su nacimiento, entonces por qué los Reyes Magos que iban justamente al nacimiento de Jesús, llegaron recién el 6 de enero?

 

Es decir, primero hice una pregunta bastante tonta, para que ésta me sirviera como contraste de la que sería en definitiva, la pregunta importante. 

 

Y ante esa interrogación mi esposa respondió, como razonando en ese mismo momento y dando una respuesta lógica: 

 

“Y porque se atrasaron”.

 

Sin embargo yo me percaté inmediatamente el por qué de ese “atraso”, al hacer la cuenta de los días que había entre una festividad y la otra.

 

Pero previamente a comentarles sobre esto, primero les voy a hacer notar por qué los Reyes en realidad no se atrasaron; sino que debían llegar específicamente ese día.

 

Cualquiera que ignore, que toda la información de la Biblia es simbólica, para ocultar el verdadero mensaje metafísico que ésta contiene, podría decir que es obvia la tardanza; porque los Reyes Magos no tenían GPS, ni autopistas para llegar en el preciso momento en que naciese Jesús. Sin embargo los Reyes jamás podrían haber llegado tarde, por las siguientes razones:

 

1º) Quien los guiaba era Dios, ya que el mismo por medio de un ángel les informó cuándo nacería Jesús (en esa época no tenían la tecnología para saber si los bebés nacerían en término, o se adelantarían a la fecha de los 9 meses y encima de todo eso, Jesús iba a ser un simple hijo de carpintero, como para que nadie se tomase el trabajo de avisar por mensajeros especiales a los Reyes de la región, del acontecimiento que estaba por ocurrir).

 

2º) Eran por lo menos tres Reyes (después verán por distintas fuentes de consulta, que el número de Reyes no se sabe cuál era con precisión, ni siquiera en la misma Biblia); los que venían de distintas regiones y sin embargo, se encontraron en el camino para llegar juntos a Belén.

 

3º) Dios hizo coincidir el paso de una estrella (un cometa) para que estos se guiaran por dónde debían ir.

 

4º) Si Dios todo lo sabe y todo lo puede y su objetivo era que los “Reyes” llegaran al nacimiento más importante de la historia de la humanidad, la de su hijo Jesús, entonces ¿por qué le pifió en esa cantidad de días, acaso Dios no sabía leer las cartas de rutas?

 

Nota al margen: Independientemente de lo anterior, recuerden lo que expresé en el artículo titulado “Nº 112 - ¿Jesús existió? (Parte 2)”, donde dije que lo relatado en el Antiguo Testamento no ocurrió en una realidad física, sino sólo metafísica, para transmitirnos con su simbología una enseñanza. Mientras que la humanidad tal cual como la conocemos, nació en el preciso instante en que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, siendo por lo tanto sólo realidad lo contado en el Nuevo Testamento, a partir de dicho bautismo.

 

Después de enumerar algunas pavadas dichas por mí, ¿ya se habrán percatado de cuál es mi punto de razonamiento?:

 

“Los Reyes Magos no llegaron tarde, llegaron simplemente cuando Dios quiso que llegaran.”

 

Entonces aquí es cuando viene la tercer pregunta que yo mismo me hice, cuando vi la contradicción de esa diferencia en los días:

 

¿Qué nos están representando esa cantidad de días, que existen entre la fecha del nacimiento de Jesús y la fecha en que llegan los Reyes Magos, para entregar sus “regalos” al hijo de Dios?

 

Si consideramos el 24 de diciembre como el día 1º de esa secuencia; ya que Jesús nace a las 12, es decir en el último segundo del día 24; y le sumamos los 13 días que transcurren desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero, veremos que tenemos 14 días. 

 

Y en la Biblia ese número representa, el tiempo que transcurre entre el momento en que un óvulo es fecundado en las trompas de Falopio por el espermatozoide y las dos semanas que siguen, hasta que el óvulo se implanta definitivamente en la pared del útero materno. Esto último ya lo había citado en el artículo titulado “Nº 182 - Viaje de Pablo a Roma (Parte 2)”, donde dije:

 

“Así fue que al saber en mi interior que ese “barco” que transportaba a Pablo, representaba al cuerpo humano; al leer en esos versículos que decían que todos los pasajeros del barco, debían el día 14 comer para no morir, me fue imposible no relacionar esto con el óvulo materno y la implantación del mismo en el útero.

 

Ya que esto último (la implantación), es el momento en que el óvulo (a estas alturas se denomina blastocisto) comienza a alimentarse del endometrio. 

 

La implantación sobre la pared del útero, comienza al séptimo u octavo día después de la fecundación y se prolonga hasta el final de la segunda semana; o sea, 14 días después de ser fecundado el óvulo por el espermatozoide.

 

Fuente de consulta: 

http://es.wikipedia.org/wiki/Implantaci%C3%B3n_del_embri%C3%B3n_humano”

 

Ya infinidad de veces cité, que la Biblia trasmite un mensaje encubierto del funcionamiento metafísico de la mente humana y de la relación que existe entre ello y el comportamiento de la fisiología del cuerpo humano.

 

Por lo tanto al saber lo que representaban esos 14 días entre una festividad y la otra, automáticamente formulé la siguiente hipótesis:

 

El nacimiento de Jesús (la Navidad) simboliza la fecundación del óvulo materno; mientras que la llegada de los Reyes Magos, representa el implante exitoso del óvulo sobre el útero de la madre.

 

Ahora bien, si mi hipótesis fuera la correcta, entonces ¿a quiénes representan los “Tres Reyes Magos”?

 

Para responderme ello, mi primer instinto fue investigar sobre los Reyes Magos, encontrando contrariamente a lo que pensaba, lo siguiente:

 

“Los Evangelios solo hablan de «magos», en ninguna parte se indican sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a la cantidad de obsequios ofrecidos). Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.”

 

“Parece ser que, solo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran cuatro, siete y hasta doce.”

 

“Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa).”

 

Fuente de consulta: https://es.wikipedia.org/wiki/Reyes_Magos

 

Por lo tanto, limpiando la información decorativa que se fue acumulando a través de los siglos, llegué a la conclusión y que en definitiva es lo único certero que informa la Biblia, que lo importante no fueron los Reyes Magos, sino los regalos que estos dejaron y que fueron precisamente “tres”:

 

1- Oro

2- Incienso

3- Mirra

 

En la Biblia el número tres, se utiliza básicamente para referirse al Espíritu Santo o a la clasificación de la mente humana; respecto a esto último en el artículo titulado “Nº 159 - El Arca de Noé (Parte 2)” expresé:

 

“Pero en esta ocasión que estoy analizando, pude percibir que por medio de citar a estos dos tipos de pensamientos, en realidad ante mis ojos se estaba haciendo una clasificación de los tres niveles de la mente humana. Veamos:

 

150: Es la mente Suprema (Dios)

30: Es la mente subconsciente (El Espíritu Santo)

15: Es la mente consciente (Cristo)”

 

Y algo semejante dije en el artículo titulado “Nº 169 - La nueva Jerusalén (Parte 6)”:

 

19- La Gran Ciudad se abrió en tres partes, y las ciudades de las naciones se desplomaron; y Dios se acordó de la Gran Babilonia para darle la copa del vino del furor de su cólera.

 

Es decir, esta división en tres no es otra cosa que la división de la mente humana:

 

La mente consciente (donde realiza su ataque Satanás), o la Tierra.

La mente subconsciente (donde se desenvuelve el Espíritu Santo), o el mar.

La mente Superior (donde se ubica Dios), o el cielo.

 

Y esta división se produce cada vez que un ser humano nace.”

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com

 

Desde “la playa de las arenas argentadas”, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.