224) LEY DE LA ATRACCION - El séptimo canto (Parte 1)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en dos partes, a continuación la Parte 1:

 

Eran cerca de las 13 hs. del sábado 29 de agosto de 2015 y recién llegaba a mi casa, después de haber publicado desde mi oficina el artículo titulado, “Nº 223 - Los hermanos sean unidos.... (Parte 2)”

 

Yo en ese momento todavía no lo sabía, pero la historia del sábado pasado comenzaba nuevamente a repetirse.

 

Después de almorzar, cada integrante de mi familia se puso a hacer sus cosas, yo además de sentirme, estaba literalmente agotado; pareciera que el escribir el último artículo me hubiese cansado, hacía años que no escribía un artículo de un tirón.

 

Como esa mañana no tuve movimiento en la oficina, me dediqué y en dos horas y media lo terminé de escribir.

 

Así fue que después de almorzar, me senté en el sillón que tengo en la cocina, apoyé las piernas sobre una silla y me puse a hacer zapping en la tele. No me detenía en ninguno en particular, y por ahí en un canal rural, veo una nota que estaban haciendo sobre una jineteada en una ciudad del centro del país, me estoy refiriendo a Bell Ville, Provincia de Córdoba, y ahí me detuve por varios minutos.

 

No era casualidad que me pusiera a ver esa nota y no es que me guste la jineteada en sí; resulta que tengo un cariño especial por esa ciudad. Ahí es donde había nacido mi papá y tengo lindos recuerdos de cuando íbamos en las vacaciones de invierno, a pasar varios días con mis padres y hermanos, quedándonos en la casa de un familiar.

 

En Bell Ville (pago del goleador del Mundial '78, Mario Alberto Kempes) estaban mis raíces y siempre visitábamos a varios parientes, algunos vivían en la ciudad, otros en el campo; y también veíamos a otros familiares en otras ciudades y pueblos de los alrededores, como Villa Nueva y Morrison, entre otros.

 

Yo había nacido en Mar del Plata, pero el 50% de mi ser procedía de Bell Ville, después de todo la mitad de la carga genética del óvulo que me daría vida, provenía de esa ciudad del centro de la Argentina.

 

Hasta que el cansancio me venció y me dormí una siesta en el sillón. Después a la hora y media me levanto y como la computadora estaba libre, me coloco frente a la misma y empiezo a buscar información sobre una profecía en particular, que me había topado con ella por primera vez el 2 de agosto de 2015, al día siguiente de volver de las vacaciones que con mi familia habíamos tenido, al norte de la Argentina.

 

La cuestión es que entre profecía de aquí y profecía de allá, en uno de los tantos comentarios de un blog, un lector recomienda el libro de un autor que escribía sobre las profecías de Benjamín Solari Parravicini.

 

El autor en cuestión era Norberto Pakula, quien escribió “El testamento profético de Benjamin Solari Parravicini”, de donde fui tomando semanas atrás por medio de distintas páginas, las imágenes de las psicografías que fui interpretando en anteriores artículos.

 

Pero al ponerme nuevamente a verlas todas, hizo que me topase con una psicografía, que en las páginas Web que primero había mirado sobre Parravicini, no la había visto y que ahora al apreciarla, casi me hace caer de espalda (en realidad el dicho es otro).

 

Y aquí es donde relaciono lo expresado al principio de este artículo, en cuanto a que se repetía la historia del sábado pasado.

 

En el anterior artículo había escrito que todavía rondaba en mi cabeza el número “siete” y al llegar a mi casa termino interpretando el séptimo canto del Martín Fierro.

 

Y ahora, que todavía me rondaba en la cabeza “el séptimo canto”, al estar viendo las psicografías de Parravicini, me llevo por delante justo con la que hablaba también del “séptimo canto”.

 

A continuación les transcribo dicha profecía, colocándole una numeración que sigue el orden según las voy interpretando:

 

Profecía Nº 19

 

Fuente de consulta: http://www.geocities.ws/bsparravicini/

“Ya la hora 11 es! va en el cambio en el primer cambio es en el canto de los 7 cantos. En el elegido de los 7 elegidos. En el destino de los 7 destinos.”

 

Cuando vi esto, que “los 7 cantos” se relacionaba con la “hora 11”, supe que el significado que había interpretado en el poema de José Hernández, me permitiría entender cuál era el contenido de la hora 11.

 

Recuerden que yo ya había interpretado, que la hora 10 y la hora 12, indicadas en otras profecías de Pelón (así lo llamaban cariñosamente a Benjamín Solari Parravicini), representaban respectivamente los años 2010 y 2012. Por lo tanto, a estas alturas no había que ser muy bocho, para darse cuenta que la hora 11, simbolizaba el año 2011.

 

Pero a diferencia del 2010 y del 2012 (sabiendo que Pelón se estaba refiriendo a lo que yo estaba haciendo), que son años que indican que yo logré la comprensión de dos hechos determinantes en mi investigación; con el año 2011 yo no había podido darme cuenta hasta ahora, a qué hecho se refería Parravicini que yo hubiera realizado durante ese año.

 

Así que para comprender esto, no tuve nada más que hacer que aplicar la que yo denomino, la técnica de “La Piedra de Rosetta”. A continuación les coloco esta técnica que definí hace varios meses atrás y más abajo el dato histórico de a qué se llama justamente con ese nombre:

 

La técnica de la Piedra de Rosetta: Que es comprender un fragmento que inicialmente no se entiende por estar escrito en otro idioma, pero al mismo tiempo encontramos su semejanza con otro texto escrito en nuestro idioma y vemos finalmente que contiene el mismo mensaje.

 

La Piedra de Rosetta “es un fragmento de una antigua estela egipcia realizada sobre una roca (granodiorita), en ella aparece un texto en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. Gracias a que presenta esencialmente el mismo contenido en las tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta piedra facilitó la clave para el entendimiento moderno delos jeroglíficos egipcios”.

 

Fuente de consulta: http://es.wikipedia.org/wiki/Piedra_de_Rosetta

 

Así es que ahora por fin lograba comprender qué era lo que yo había escrito como importante durante el año 2011 y que Parravicini me lo hizo notar en dicha profecía, mientras que Martín Fierro lo reafirmaba por su VII canto (independientemente que el Martín Fierro, fue escrito antes que la profecía en cuestión).

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde “la playa de las arenas argentadas”, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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