201) LEY DE LA ATRACCION - La profecía y el tercer atentado (Parte 2)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en nueve partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 2:

 

Dios me trasmitió su mensaje de “Protección Celestial”, mediante una sucesión de coincidencias, que ahora les paso a relatar:

 

Hace dos años atrás, durante un domingo de verano, fuimos con mi familia a la playa. Ese día si bien era soleado, estaba muy ventoso, por lo cual no había tanta gente.

 

Mientras estábamos en la carpa, decido ir a comprar un licuado en el balneario de al lado (los hacen muchísimo mejor, que en donde yo estoy). Entonces le digo a mi esposa que iría para allá a comprar uno, al principio iba a hacerlo solo, y a último momento ella decide acompañarme.

 

Es así que nosotros íbamos caminando por una vereda que une a dichos balnearios; a la izquierda se ubicaba cada complejo y a la derecha los estacionamientos, donde en las primeras filas había varios autos.

 

A unos 10 metros delante de nosotros, caminaban dos parejas de ancianos, estos entran en ese momento al balneario, por un acceso cuya losa formaba en el primer piso una terraza con algunas mesas y sombrillas. Mientras que mi esposa (que iba caminando a mi derecha) y yo, en el instante en que íbamos a girar hacia nuestra izquierda, para caminar los últimos 10 metros antes de ingresar a dicho balneario, vemos como una ráfaga fuertísima de viento, embolsa y levanta una de las sombrillas que estaban en el primero piso (sacándola de su pie de cemento, donde estaba encastrada) y la tira con toda fuerza al piso delante nuestro, a unos tres metros de distancia, quedándose ahí momentáneamente hasta que la próxima ráfaga la volviese a elevar con toda su potencia.

 

La primera reacción instintiva que tuve fue hacer medio paso hacia atrás, al mismo tiempo que escuchaba (pero sin verla), que mi esposa había salido corriendo. Y ahí fue que tuve que tomar rápido una decisión, de dos posibles:

 

1º) Mirar si mi esposa se había ido corriendo hacia la derecha del balneario (hacia el sur) y se había colocado a salvo, saliendo de la trayectoria que iba a continuar la sombrilla con “la punta de lanza” (dirección este-oeste) o si equivocadamente hubiese corrido hacia el oeste.

 

2º) Y la segunda opción que tenía, era no perder ni un segundo y abalanzarme sobre la sombrilla y tomarla antes que la próxima ráfaga la levantara y la tirase sobre mi posición como una lanza mortal.

 

Si mi esposa corría hacia el sur (como efectivamente hizo) yo podría haber hecho lo mismo, poniéndonos los dos a salvo sin correr ningún tipo de riesgo; pero ¿y si ella corría hacia el oeste?. En ese caso yo para protegerla tendría que haber ido hacia la sombrilla con el riesgo que implicaba haber perdido segundos en mirarla primero a ella.

 

Así fue que todo este razonamiento lo hice en una décima de segundo, sin quitar nunca mi vista sobre la sombrilla y me decidí por la segunda opción.

 

Fui hasta la misma y tomé la sombrilla de su pie y la cerré, haciendo que deje de constituir un peligro.

 

Luego me dije ¿por qué ocurrieron todas estas coincidencias que me obligaron a tomar la sombrilla que cayó desde arriba?. Veamos:

 

1º Coincidencia: A último momento mi esposa decide acompañarme. Si yo hubiese ido solo, habría salido disparando hacia el sur, protegiéndome de la trayectoria que la sombrilla hubiera realizado.

 

2º Coincidencia: Aún yendo con mí esposa, si hubiésemos llegado 10 segundos antes o 10 segundos después, nos hubiéramos librado del peligro.

 

3º Coincidencia: Mi esposa estaba a mi derecha, si hubiese estado a mi izquierda, hubiera visto hacia donde corría y la habría seguido, corriendo entonces ambos hacia la posición segura.

 

Yo me seguía preguntando, ¿por qué Dios quiso que tomara la sombrilla?. Mi esposa se había puesto a salvo sola; por otra parte no había ningún otro adulto, ni siquiera un niño cerca, que hubieran corrido peligro.

 

Si yo no hubiese ido ese día a comprar ese licuado, las únicas pérdidas hubieran sido algunos parabrisas rotos o puertas rayadas, de algunos de los autos estacionados delante del balneario.

 

Pero yo sabía que no había estado ahí para salvar “algunos autos”, si Dios hubiera querido ello, directamente no habría dejado que esa sombrilla saliera volando.

 

Entonces ¿qué mensaje me estaba queriendo transmitir Dios, con esa sombrilla?

 

Al día siguiente, cuando busqué en la computadora el significado de atrapar una sombrilla con la mano, que cae abierta del cielo, entendí lo que Él me quiso decir: Dicha acción significa “Protección Celestial.

 

Y esa misma protección me acompañó durante el tercer atentado, cuando Satanás me quiso aplastar con 7 toneladas de escombro, que se derrumbaron sobre la entrada de mi oficina.

 

Obviamente que nadie dice que esa pared la empujó Satanás con el dedo, sino que él se aprovechó de la impericia de los responsables de la obra en construcción, que tengo lindante a mi oficina y éste trató de que el derrumbe se produjera, cuando yo pasara frente a la medianera que se vino abajo.

 

Antes de contarles de qué manera se fueron sucediendo los hechos del derrumbe, primero les voy a colocar dos fotos, de cómo estaba esa pared antes de venirse abajo. Ambas tomadas por captura de pantalla de Street View (fechadas en noviembre 2013):

 

La primera es mirando desde la izquierda. A continuación coloco el enlace de la foto:

 

https://www.google.com.ar/maps/@-37.989657,-57.547568,3a,30y,289.09h,84.54t/data=!3m4!1e1!3m2!1sWrQ3gdk7TaDp8kHtH-l3lw!2e0

 

 

Mientras que la segunda foto que van a ver ahora, se ve mi oficina de frente y la construcción vecina antes de comenzar la demolición. El día del derrumbe sólo estaba en pie la medianera blanca de 5,5 mts de largo por aproximadamente 4,5 m de alto, ya que la casa propiamente dicha ya la habían tirado abajo y estaban llenando la losa del primer piso.

El enlace de esta última foto es:

 

https://www.google.com.ar/maps/@-37.989724,-57.547704,3a,37.5y,86.97t/data=!3m4!1e1!3m2!1shs2ecGN_RLLfLdf4Tt23rw!2e0

 

Mientras que ahora les pongo las fotos después del derrumbe:

 

1º) Foto frente al acceso de mi oficina.

 

(La planta que estaba a la izquierda quedó debajo del escombro)

2º) Foto saliendo de mi acceso y viendo hacia la izquierda.

3º) Foto tomada más amplia desde la esquina.

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde “la playa de las arenas argentadas, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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