141) LEY DE LA ATRACCION - El juicio de Babilonia (Parte 2)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en tres partes, a ser publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 2:

 

Al comprender la primer parte del mensaje que recibí en la “coincidencia” relatada en el anterior artículo, de que el siete y el ocho están representando en realidad a un sólo personaje (uno de los siete reyes); ello me permitió el darme cuenta de quienes eran los otros “seis” reyes.

 

Para ello les vuelvo a transcribir los versículos 10 y 11, y luego analizar en conjunto a ambos, para a continuación, realizarles mi interpretación de su significado:

 

10- Y son también siete reyes, de los cuales cinco han caído ya, uno está en el poder y el otro no ha llegado aún, y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.

11- La bestia que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete, y camina hacia su destrucción.

 

Cuantos más versículos leo, cuantos más versículos releo, cuantos más versículos interpreto; consciente o inconscientemente se va formando en mi mente una base de datos, de la cual me apoyo para realizar otras interpretaciones; es lo que denomino la técnica de “La Piedra Rosetta”.

 

Es así que ello me permitió relacionar del versículo 10 la frase, “de los cuales cinco han caído ya”, con la interpretación que hice de dicho número en otros versículos, a tal efecto vuelvo a escribir a continuación, lo expresado en el artículo titulado “Nº 130 - Los doscientos millones de soldados (Parte 1)”:

 

De esa frase que dice “durante cinco meses,” en realidad el único dato que hay que tener en cuenta es el número cinco; ya que este número en la Biblia representa "algunos", "unos cuantos", “una cantidad indefinida”.

 

Fuente consultada:

http://www.mercaba.org/FICHAS/BIBLIA/significado_numeros_biblia.htm

 

Es decir (sabiendo que en la Biblia siempre se está relatando un día de nuestras vidas), ese sufrimiento abarcará para algunos hombres (los más positivos) sólo “algunos” minutos diarios, mientras que para los hombres (y mujeres) más pesimistas ese período durará “unos cuantos” minutos u horas del día.”

 

Entonces, volviendo a este artículo; cuando en el versículo 10 cita que han caído ya cinco reyes, se está refiriendo en realidad a la personalidad del hombre; es decir, con ello nos está diciendo, que esos cinco reyes son el hombre, que ha caído o perdido su reinado, cuando Dios lo echo a Adán del Paraíso.

 

Mientras que con el término “uno está en el poder”, hace referencia al reinado de Cristo en la Tierra.

 

Y en el final del versículo 10, cuando se expresa, “y el otro no ha llegado aún, y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo”, es una alusión a Satanás. Recuerden lo que interpreté en el artículo titulado “Nº 129 - Los mil años y el abismo”:

 

Cuando dice que, pasado mil años Satanás será soltado por poco tiempo, se está refiriendo a que al cabo de todos los días, Satanás podrá ejercer su influencia por 16 horas (las que permanecemos despiertos).”

 

Y ahora sí les interpreto el versículo 11; y aquí es donde la “coincidencia” relatada me permitió entender su significado.

 

Al comienzo de este versículo cuando dice: “La bestia que era y ya no es”, con ello se está citando a Satanás; cuando éste como ángel estaba junto a Dios y formaba parte de ese reinado, hasta que se reveló al poder de Él y fue echado por Dios a la Tierra junto con el tercio de los ángeles caídos.

 

Mientras que con la segunda frase de dicho versículo: “hace el octavo, pero es uno de los siete”, junto con el comentario escuchado en la película, “el ocho representa “la unión entre el cielo y la tierra”, me permitió llegar a la siguiente conclusión:

 

Como dije más arriba, la primer parte de ese mensaje (coincidencia) fue decirme: Satanás es quien se convierte al mismo tiempo en el séptimo y en el octavo.

 

Y por otro lado, acá es cuando viene la segunda parte de ese mensaje: Satanás es la unión entre el cielo y la tierra.

 

Sin embargo este concepto me resultaba inicialmente contradictorio; es más, esa definición del significado del número ocho, visto en forma aislada sin relacionarlo con este versículo, era un traje que le quedaba mejor a Cristo que a Satanás.

 

Pero al releer nuevamente todo el capítulo que estaba analizando, encontré justamente la respuesta a mi duda en el versículo 17 que a continuación se los transcribo:

 

17- Porque Dios se vale de ellos para ejecutar su plan, y les ha inspirado la misma intención de poner sus fuerzas al servicio de la bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios.

 

Es decir, ello me permitió no sólo comprender ese versículo, sino lo que es parte fundamental del “Plan de Dios”:

 

Dios se vale del mal para que surja el bien; utiliza a los malos pensamientos para que por medio de ellos, nosotros tengamos la posibilidad (el libre albedrío) de elegir cambiarlos por pensamientos positivos, evitando de esta manera caer en el engaño del Ego (esto ya lo vengo comentando hace varios artículos).

 

Satanás existe; después de todo, el mundo material como lo conocemos, se creó en nuestra mente (como una matrix) para encerrarnos en ella y brindarle al Diablo la posibilidad de engañarnos todos los días, toda vez que nos envía pensamientos negativos para que nos dejemos abatir por ellos.

 

Lo que si no existe es el mal (los pensamientos negativos); ya que si bien estos vendrán a nuestra mente (enviados por Satanás), sólo tendrán cabida y sobre vida si nosotros se los permitimos.

 

Y en la medida que aceptemos realizar esa transformación mental, ante cada pensamiento negativo que recibamos, para cambiarlo por su opuesto positivo; de cierta forma, en un momento preciso y en determinada cantidad de veces, es que recién ahí lograremos el cumplimiento de nuestros deseos por más grandes que ellos sean.

 

Todo ese procedimiento implica la aplicación de una fórmula exacta que ignoro (sólo en parte la he comprobado, al analizar el cumplimiento de mis propios deseos), pero sobre la cual estoy estudiando su conformación; por ello la investigación que voy llevando a cabo.

 

Una fórmula que es muy sencilla, pero que la gran mayoría ignoramos: Sencilla porque la aplicamos inconscientemente todos los días, en la concreción de los pequeños objetivos cotidianos, pero sí supiéramos trasladar esa fórmula conscientemente a las “grandes metas”, tendríamos los mismos resultados positivos.

 

La Biblia es justamente ello, un libro de metafísica que nos explica, cuál es el Plan de Dios para revertir el pecado original de Adán, pero para encontrar en ella las respuestas que necesitamos, primero hay que aprender a leerla en su idioma.

 

Desde el momento en que Adán comió del árbol de la sabiduría, por el complot que había realizado Satanás para revelarse a Dios, éste los echo a ambos del Paraíso y los encarceló en la “Tierra”.

 

Y parte de ese “Plan de Dios”, es valerse de esos pensamientos negativos, volcándolos a nuestro favor, de ahí la frase en Marcos en 12,31: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (después de todo este enemigo es parte de nuestra mente).

 

Haciendo un ejemplo análogo, sería como decir que nosotros estamos parados en la estación (la Tierra), buscando un teléfono que nos comunique con el cielo (con nuestro espíritu).

 

Y cuando viene llegando el tren, por un lado nos avisan que el único teléfono se encuentra en la locomotora y por el otro lado nos damos cuenta, que todas las vías del tren se dirigen hacia nosotros.

 

La mayoría sale corriendo evitando que la locomotora (los pensamientos negativos) nos alcance, pero cuanto más corremos, más acelera la locomotora y esta se vuelve más grande y fuerte (el crecimiento de los pensamientos negativos).

 

Sin embargo cuando empezamos a aprender cómo funciona esta locomotora, nos percatamos que en vez de correr, sólo tenemos que levantar la mano y solicitarle a esta que se detenga adelante de nosotros (convertir dichos pensamientos negativos en su opuesto positivo).

 

Y ahí es cuando nos subirnos a la locomotora y tomamos el teléfono para realizar la llamada que estábamos deseando.

 

Por lo tanto hasta ahora, de este capítulo del Apocalipsis, les interpreté los versículos 10, 11 y 17, manteniendo de esta manera la cronología, de cómo comencé a entender el significado que trasmite este capítulo.

 

Nota del autor: Este artículo por su extensión continuará la próxima semana.............

 

Apocalipsis, 1,3:

 

3- Feliz el que lea estas palabras proféticas y felices quienes las escuchen y hagan caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca.

 

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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