74) LEY DE LA ATRACCION - Mensajes y comunicaciones

Todos los autores dicen que pedir un deseo en sí es fácil, ya sea en forma directa y sencilla como la mayoría hacía antes de conocer sobre la ley de la atracción (rezando, sea la persona de la religión que fuera), o ya sabiendo de sus postulados, por medio de afirmaciones elaboradas; porque desde ese mismo momento, incluso antes de pronunciar nuestro pedido, el Universo está en conocimiento de ello; a tal efecto cito el Evangelio según San Mateo (6,8):

 

8- No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.

 

Sin embargo esos mismos autores afirman que lo difícil se encuentra en estar preparados para recibir dicho deseo.

 

¿Qué quiere decir lo anterior?. Que por más que diseñemos la mejor afirmación del mundo para atraer “millones” hacia nosotros, estos no vendrán así nomas como caídos del cielo; debemos trabajar para permitir que dicho deseo nos sea entregado.

 

¿Y cómo se logra lo anterior?. Escuchando al Universo que diariamente y varias veces al día nos comunica cuál es el siguiente paso que debemos realizar, para poder seguir el sendero que nos llevará hasta ese deseo anhelado.

 

Ahora otra pregunta ¿Es fácil escuchar al Universo?. Pues aquí entra en juego la práctica y la voluntad de buscar esa comunicación.

 

En la medida que empecemos a reconocer esos mensajes, cada vez se nos aparecerán con mayor claridad; lo cual es el 50% del trabajo, la otra mitad tiene que ver con saber interpretar esos mensajes.

 

Entonces a continuación haré una clasificación de cómo se presenta esta comunicación de acuerdo a mis experiencias; lo que no quiere decir que alguien con todo derecho, o porque tenga mayores conocimientos que el que yo mismo poseo, diga tranquilamente que la clasificación que planteo tiene más divisiones, o incluso, que es una sola.

 

Es decir, con ello no quiero expresar que mis conclusiones sean la verdad absoluta, sino simplemente facilitar este primer entendimiento, que seguramente otros en otras web podrán expresar con mayor claridad por tener más experiencias acumuladas.

 

Por lo tanto esta clasificación de la que hablo, la divido en dos:

 

1- Mensajes

2- Comunicaciones

 

En realidad las dos cumplen el mismo objetivo de guiarnos en cuanto al siguiente paso que debemos ejecutar, pero se diferencian a mí entender en la forma de transmitirnos esa guía. Veamos:

 

Mensajes: Se materializan en primer lugar por medio de las coincidencias, las cuáles no existen como uno creía simplemente por un azar de la naturaleza, sino que las presencias de las mismas nos están llamando la atención que ahí hay un mensaje importante a saber leer. Y las intuiciones serían otra de las formas con que el Universo nos hace llegar esos mensajes. Más adelante daré un ejemplo de ello para que se entienda lo que quiero expresar.

 

Comunicaciones: Es un mensaje pero más directo, puede ocurrir en cualquier parte del día, pero en lo personal he recibido más de ellos en el momento preciso de acostarme o al despertarme en medio de la noche, y se aparecen por medio de ideas que se nos vienen a la cabeza.

 

Incluso durante el mismo sueño, si es que los recordamos al despertar, pueden dejarnos también respuestas que estábamos buscando.

 

En cierta forma hasta podría decir que las “comunicaciones” son respuestas que recibimos a nuestros interrogantes, de aquellas coincidencias que nos percatamos de su presencia, pero que a primera vista no nos damos cuenta de su significado y nos quedamos preguntando en ese primer momento ¿qué significado tiene?.

 

Ahora para no realizar un artículo tan extenso, relataré solo dos casos en que me dejé llevar por estas coincidencias o comunicaciones que me trajeron beneficios económicos.

 

Uno de estos ejemplos, incluso ya lo relaté en cuanto al beneficio que obtuve, es sobre el artículo titulado “Nº 29 - El desapego”, que escribí en enero de 2010.

 

Para no reiterar todo lo que dije en dicho artículo, diré respecto a este tema, que en ese momento vendí el auto al mejor precio que podía obtener y compré un 0 Km, al menor precio que podía acceder y todo como consecuencia de seguir un “mensaje” que recibí.

 

Muchas veces las coincidencias nacen espontáneamente, otras son consecuencias de nuestros actos hechos en el pasado. Esta en particular nace cuando dos años antes de comprar dicho 0 Km, para sacarme dudas del rendimiento de combustible de cierto modelo, mandé un mail a una de estas fábricas. Y después de que me contestaron, quedé como consecuencia, en su base de datos.

 

Luego de ello pasaron más de un año y medio y recibo una llamada telefónica de una concesionaria de esa marca, a la que le había realizado dicha consulta.

 

Y en esa comunicación me preguntan, si aceptaba tener dentro de los treinta días siguientes una reunión, para informarme de un plan de financiación de un 0 Km directo de fábrica, para ciertos tipos de modelos de esta marca.

 

Y ¡oh coincidencia! yo en esos momentos estaba justamente con la idea de cambiar mi auto, porque no quería seguir invirtiendo en arreglos que tenía que hacerle, ya que dichas inversiones no las podría recuperar en una supuesta posterior venta.

 

Y si bien los modelos que esta fábrica me ofrecía no eran los de mi total agrado, en ese momento me dije: Este es un mensaje; así que seguí el “juego” que el Universo me estaba planteando y fui a dicha reunión.

 

Antes de conocer sobre la ley de la atracción simplemente hubiera dicho no gracias, no me interesa; sin embargo yo sabía que algo más había.

 

Así fue que cuando estaba en dicha concesionaria me explicaron los costos financieros, que resultaban atractivos, pero no me recibían el auto usado y como el proceso constaba también de una licitación, significaba que desde el momento en que yo vendía primero mi auto, para poder contar con el efectivo inicial, hasta que me entregarán el auto nuevo, debía esperar de dos a tres meses; y eso no me servía, ya que yo uso el vehículo para mi trabajo.

 

En definitiva, si bien cuando fui a ver esta propuesta el modelo que me ofrecían no me interesaba, luego había cambiado de opinión, sin embargo el tiempo de espera había hecho fracasar la posible operación.

 

Pero esta reunión no fue el final sino el principio, por considerar a esa llamada telefónica como un mensaje; ya que el estar hablando sobre la posibilidad de tener un auto 0 Km, hizo nacer en mí la emoción de tener uno.

 

Y ante esa aparente primer adversidad, comencé a mirar primero por Internet y después directamente en las concesionarias de 0 Km, de por lo menos cinco marcas distintas.

 

Entrando a mirar ya no sólo por fuera, sino sentándome dentro de dichos autos, retirando folletos, haciendo preguntas, etc, etc, etc.

 

Hasta que, como relaté en ese artículo de enero de 2010, compré mi primer 0 Km, solamente por seguir mi intuición y hacerle caso a ese “mensaje”.

 

Es decir por prestar atención a una coincidencia, pude hacer el mejor negocio vendiendo mi auto viejo y comprando el nuevo y además en forma rápida.

 

Si yo no hubiese seguido mi intuición de hacerle caso a ese mensaje, hoy tal vez seguiría con mi anterior auto, o lo hubiese mal vendido, o hubiera tenido que hacerle esos arreglos que no podían esperar, malgastando mi dinero.

 

Y ahora les relataré el caso de una “comunicación” que me sucedió más recientemente.

 

Hace aproximadamente tres meses por medio de mi Colegio Profesional (tengo inmobiliaria), fui a escuchar la charla de un colega sobre marketing inmobiliario.

 

Entre todos los conceptos que vertió, el que más me llamó la atención fue, que luego de una estadística que había llevado a cabo en los últimos tres años, del total de ventas que había realizado, de influir en un pequeño porcentaje las ventas realizadas por contactos obtenidos por su página web, había pasado al presente la Internet, a tener el mayor porcentaje de ventas concretadas de todos los medios de publicidad empleados (revistas, diarios, carteles, etc).

 

Y fue en ese preciso momento que me vino a la mente (hasta ese momento yo no tenía una web para mi inmobiliaria), no sólo abrir una página publicando como hace la mayoría, unas 20 ó 30 viviendas de clientes propios; sino que se me ocurrió, de una base de datos que manejamos entre los corredores públicos para compartir a la venta todas las propiedades, subir de la misma en mi página, no sólo mis propiedades sino también las de mis colegas.

 

De esta forma por medio de esa “comunicación” que recibí del Universo (los que expresan que son inteligentes dicen que se les ocurrió una idea brillante), creé una página web (www.waltergenga.com) donde publico 700 propiedades.

 

Y esa página que fue consecuencia de dicha “comunicación”, hizo que las consultas que recibo en mi oficina (sólo con un mes de estar haciendo publicidad de mi página en un diario local) no sólo se cuadriplicaran, sino también en consideración del tipo de cliente que procede de Internet, se duplicaron el valor de las propiedades por las cuales estos potenciales compradores muestran interés en adquirir.

 

Si bien todavía no realicé ninguna venta por esta página, es sólo cuestión de tiempo y de probabilidades; ya que ahora tengo más trabajo, más clientes y futuras mayores ganancias.

 

Reconozco que estos dos ejemplos no me convertirán en millonario, pero sí son muestras que, en la medida que aprenda a reconocer en primera instancia la mayor cantidad de estos “mensajes” y luego sepa entenderlos e interpretarlos, llegaré finalmente a estar preparado como dicen los autores encumbrados, a recibir específicamente el deseo solicitado por seguir y escuchar correctamente esos mensajes que el Universo nos manda continuamente para ayudarnos.

 

Es como empezar a estudiar un idioma nuevo, hay que compenetrarse de sus propias características para aprender a hablarlo y leerlo.

 

Lamentablemente nadie podrá leer estos mensajes por nosotros, porque son dirigidos en exclusividad a cada individuo, para que cada uno pueda descifrarlos por sí mismo.

 

Así que el único camino es que cada persona empiece a estudiar (a prestar atención), porque no se sabe de dónde pueden venir estos mensajes; a veces de algo que escuchamos o vemos en la calle, en la televisión, o simplemente pensamientos que nos vienen a la mente como intuiciones que relacionan hechos separados, que en conjunto nos dan respuestas o señalan el siguiente paso que debemos dar para nuestro próximo éxito.


A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

 

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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